El Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) es mucho más que un producto: es una expresión directa del paisaje, del suelo y, especialmente, del clima. En Diezdedos, situados en Cretas, corazón del Matarraña (Teruel), vivimos cada campaña de recolección conscientes de que el clima mediterráneo es uno de los grandes aliados en la creación de un AOVE de calidad superior.
Microclima mediterráneo: la clave del carácter del AOVE
El clima mediterráneo, con sus inviernos suaves, veranos cálidos y baja pluviometría, ofrece condiciones ideales para el olivo. Este entorno natural favorece una maduración lenta y equilibrada del fruto, lo que se traduce en aceites más estables, ricos en antioxidantes y con una alta concentración de compuestos fenólicos.
En el Pago Diezdedos, nuestras más de 60 hectáreas disfrutan de un microclima privilegiado, con contrastes térmicos marcados entre el día y la noche. Esta oscilación térmica estimula la síntesis de polifenoles en la aceituna, responsables del sabor, el aroma y la longevidad de nuestros aceites.

Geografía del sabor: un AOVE con identidad territorial
El cultivo del olivo está íntimamente ligado a su geografía. Desde la Toscana italiana —origen de nuestra variedad Frantoio— hasta diferentes regiones de la Península —donde nacen variedades como Empeltre y Arroniz—, cada región aporta una impronta única al aceite.
En Diezdedos, este mapa sensorial se materializa en cinco variedades monovarietales (Arbequina, Empeltre, Arroniz, Frantoio y Corbella) y dos coupage de autor que encapsulan el alma de nuestro territorio. Cada botella de AOVE Diezdedos es un reflejo del territorio mediterráneo que la ha visto nacer.
El clima mediterráneo como sello de identidad en el AOVE premium
En un contexto de cambio climático, comprender cómo el clima influye en la calidad del AOVE es más relevante que nunca. En Diezdedos, adaptamos nuestras prácticas agrícolas al ritmo natural del entorno, minimizando intervenciones y favoreciendo un equilibrio sostenible entre cultivo y naturaleza.