Cada 5 de junio, el Día Mundial del Medio Ambiente nos invita a reflexionar sobre el modo en que nuestras acciones —y decisiones de consumo— impactan en el planeta. En este contexto, surge una pregunta clave para los amantes del aceite de oliva virgen extra:
¿Es el cultivo del olivo sostenible?
Hoy exploramos cómo la producción de AOVE puede ser aliada del medio ambiente si se gestiona de forma consciente y respetuosa.


El olivo: un cultivo tradicional con potencial sostenible
El olivo es uno de los cultivos más antiguos del Mediterráneo. Su longevidad, resistencia a la sequía y capacidad de adaptarse a suelos pobres lo convierten en una especie valiosa desde el punto de vista ecológico. Pero no todos los olivares son iguales.
Existen grandes diferencias entre el olivar tradicional, el intensivo y el superintensivo, tanto en impacto ambiental como en biodiversidad.
Ventajas del olivar tradicional y de secano:
- Conserva la biodiversidad del suelo y del ecosistema
- No requiere riegos intensivos
- Fomenta el mantenimiento del paisaje rural.
- Permite una producción más artesanal y trazable.
El reto del cambio climático en la producción de AOVE
El olivo es resistente, pero no inmune al cambio climático. El aumento de las temperaturas, la escasez de lluvias y los eventos extremos afectan tanto al árbol como a la calidad del fruto.
Por eso, cada vez más almazaras y fincas están adaptando sus prácticas para:
- Mejorar la resiliencia de los cultivos.
- Cosechar antes para preservar la calidad.
- Innovar en procesos que reduzcan el consumo energético.
¿Qué puede hacer el consumidor?
La sostenibilidad del AOVE no depende solo del productor.
Tú, como consumidor, tienes un papel esencial al elegir aceites con origen conocido, trazabilidad garantizada y producción artesanal.
Busca etiquetas que indiquen:
- Producción local.
- Extracción en frío.
- Variedades autóctonas.
- Prácticas responsables.
Cuando eliges un AOVE de calidad, eliges también una forma de cuidar la tierra que lo produce.
Conclusión
El cultivo del olivo puede ser un aliado del medio ambiente, siempre que se practique con respeto, conocimiento y compromiso. En este Día Mundial del Medio Ambiente, celebremos no solo el sabor del AOVE, sino también su potencial para preservar paisajes, cultura y biodiversidad.